
By Doris Rosales, La Prensa Grafica
Claudia had to leave El Salvador because her life was at risk. There she was in danger as a woman and as a lesbian – dual reasons to die she says. For this reason, she is now taking refuge in a country that constantly feels alien to her, although it protects her human rights. She is free, but she feels lonely. Given that, she hopes that in El Salvador LGBT people will not always have to give up something, everything, just to live without fear.
Claudia, who for security reasons prefers to remain anonymous, is an activist and human rights defender. In this interview, she talks about the implications of being an LGBT person in a country like El Salvador, where, among other things, hatred, violence and impunity reign. In addition, she explains how the actions of governments which, far from progressing, insist on going backwards, affect the LGBT community. And she explains what it means to live in a place where human rights aren’t an aspiration but a fact. That place, of course, is far, far from being El Salvador. …
What does it mean to belong to the LGBT + community in a country like El Salvador?
Death. That is what it means to be part of the LGTB community in El Salvador. …
Did your departure from the country have to do with your being a rights defender or your sexual orientation?
It was both. I can’t reveal many details, but it was the violence in El Salvador that forced me to leave. I’d continue the fight, but what would that cost? Perhaps my life? Saying: “No, enough is enough” was a super difficult decision, but it was because of crime, the lack of rights and, above all, because of the violence experienced by the LGBT community. There is a horrible widespread violence, in all aspects and in all sectors of the population.
Would you return to El Salvador?
Never.
Why not?
Because in El Salvador we are light years away from changing our mentality. We have nothing there. I don’t have a future in El Salvador. And I would not return to lose the freedom that I now have. I am a refugee woman. Two months after I arrived here, my brother was murdered in El Salvador. El Salvador hurt me a lot. I am proud to be a Salvadoran lesbian woman, very proud to tell everyone that I am from El Salvador. However, the living conditions that I have in this country I would not have there as an LGBT woman. I cannot do anything. And it is a very difficult situation because I love my country. I would like to be in my country and not here where I am, but there I have no guarantees of anything.
(Translated)
Claudia tuvo que salir de El Salvador porque su vida estaba en riesgo. Aquí, corría peligro por ser mujer y por ser lesbiana. Eso le valdría, dice, estar muerta dos veces. Por eso, ahora se refugia en un país que, aunque le garantiza derechos humanos, no deja de parecerle ajeno. Es libre, pero se siente sola. Y, ante eso, anhela que en El Salvador las personas de la población LGBT+ no tengan que renunciar a algo, a todo, para poder vivir sin miedo.
Claudia, quien por seguridad prefiere mantener el anonimato, es activista y defensora de derechos humanos. En esta entrevista, habla de las implicaciones de ser población LGBT+ en un país como El Salvador, en el que, entre otras cosas, reinan el odio, la violencia y la impunidad. Además, explica cómo afectan a la comunidad LGBT+ las acciones de los gobiernos que, lejos de avanzar, se empeñan en retroceder. Y cuenta cómo se vive en un lugar en el que los derechos humanos dejan de ser una aspiración y se convierten en un hecho. Ese lugar, claro, está lejos, muy lejos de El Salvador….
¿Qué significa pertenecer a la comunidad LGBT+ en un país como El Salvador?
Muerte. Eso significa ser parte de la comunidad LGTB+ en El Salvador. …
¿Su salida del país tuvo que ver con que usted es defensora de derechos o con su orientación sexual?
Fueron las dos cosas. No puedo revelar muchos detalles, pero fue la violencia en El Salvador la que me sacó de ahí. Yo estaría en pie de lucha, ¿pero cuál sería el costo de eso? A lo mejor sería mi vida. Decir: “No, basta ya”, fue una decisión súper difícil, pero fue por la delincuencia, la falta de derechos y, sobre todo, por la violencia que se vive para la comunidad LGBT+. Hay una violencia generalizada horrible, en todos los aspectos y en todos los sectores de la población.
¿Regresaría a El Salvador?
Jamás.
¿Por qué no?
Porque en El Salvador estamos a años luz de cambiar de mentalidad. No tenemos nada en ese país. Yo no tengo un futuro en El Salvador. Y no regresaría a perder la libertad que ahora tengo. Soy una mujer refugiada, y a los dos meses de haber llegado acá, en El Salvador asesinaron a mi hermano. El Salvador me duele mucho. Yo estoy orgullosa de ser una mujer lesbiana salvadoreña, pero orgullosísima de decirle a todo el mundo que soy de El Salvador. Sin embargo, las condiciones de vida que tengo en este país no las podría tener allá siendo una mujer LGBT+. No puedo hacer nada. Y es una situación bien difícil porque yo amo mi país. Quisiera estar en mi país y no aquí donde estoy, pero allá no tengo garantías de nada.
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